¿Se puede tener TODO?

¡La respuesta breve es, CLARO QUE SÍ! En alguna ocasión he llegado a decir que creo que vivimos en un mundo en el que todo es posible. Y si vivimos en un mundo en el que todo es posible, eso quiere decir que vivimos en un mundo en el que todo es posible. Por lo tanto, eso significa que tenerlo todo no solo es posible, sino absolutamente probable. Es así, si elegimos hacer lo que queremos hacer y tener lo que queremos tener.

Lo primero es definir que és realmente eso y todo. ¿Es libertad económica? ¿Libertad de tiempo? ¿Libertad de conflicto? ¿Salud? ¿Todo lo anterior o incluso más? Independientemente del mundo en el que viva y en que momento de su vida esté, lo más probable es que viva rodeado de personas que están llenas de creencias que poner límites al dinero y al hecho de tener una riqueza abundante.

El mayor desafío al intentar cambiar esta mentalidad limitadora es esa arraigada creencia social de que tenemos que cambiar nuestro tiempo a cambio de dinero y trabajar duro para ganar dinero y tener éxito.

La mayoría de comerciales, emprendedores y empresarios cree erróneamente que es imposible hacerse rico, excepto si te lo han dado todo como, por ejemplo, heredando o con una educación muy cara, a pesar de que el 60 % de las personas más ricas según la revista Forbes nacieron pobres y/o fracasaron en el instituto o la universidad.

Muchas personas no pueden concebir el éxito y la riqueza en esa magnitud porque siempre han dejado a otros que determinen su valor.

Pero a decir verdad, la sociedad se equivoca. Nos han enseñado mal sobre el dinero, la riqueza y el éxito.

Lo que el 1 % entiende y el resto no, es que no se nos recompensa por la cantidad de tiempo o sudor, si no los trabajadores y obreros de la construcción serían las personas más ricas del mundo

Más bien, se trata del valor que aportamos a las personas que servimos.

Las personas ricas simplemente lo son porque han conjugado esta sencilla fórmula:

Razones → Resultados → Actividad → Productividad

El comercial, empresario y emprendedor medio dedica toda su atención y esfuerzo a su negocio. Esforzarse no está mal, pero la mayoría de empresarios dedican todos sus esfuerzos a cosas de escaso valor, pasando entre 8 y 12 horas al día, “dándole vueltas a las cosas, estando ocupados y volviéndose locos de tanta actividad”.

Alcanzan cierto nivel de éxito, pero tocan techo rápidamente, se quedan sin tiempo y energía, no son capaces de ampliar la clientela o atienden a más clientes de los que pueden o, peor todavía, ni siquiera saben como captar nuevos clientes o qué hacer cuándo los consiguen.

Desafortunadamente, este ciclo de objetivos fallidos y expectativas frustradas llevan al agotamiento profesional. Ha perdido su libertad y la situación parece una lucha infructuosa e interminable. ¿Le resulta familiar? Lo malo es que este ciclo se convierte en una profecía autocumplida. Lo bueno es que la esperanza es lo último que se pierde… El cambio aún es posible.

Tan solo tenemos que pasar de las Razones a los Resultados y este se hace cambiando de la actividad a la productividad y energía estratégica.

Nuestro objetivo final con un negocio o formación es atender a la mayor cantidad posible de emprendedores, comerciales y empresarios.

¿Qué tipo de razones existen para alejarte de los resultados que siempre has querido? ¿Cómo y cuándo hará el cambio de la actividad a la productividad para crear la libertad y riqueza con la que siempre soñó?

Ojalá nos veamos en su camino hacia el éxito………

Stacey

Formadora de Máster

http://www.lifewaveuniversity.com/