5 mitos sobre hidratación descubiertos y explicados

Todas las células del cuerpo humano necesitan agua para funcionar. El agua regula la temperatura, refuerza y protege las articulaciones y los órganos y favorece una digestión suave. Casi todo el mundo bebe una cantidad mínima todos los días, pero es importante extremar las precauciones cuando sube la temperatura. Los hechos que hay detrás de los siete mitos al descubierto que presentamos a continuación le ayudarán a hidratarse adecuadamente durante los meses de verano.

Mitos habituales sobre la deshidratación y los hechos que hay detrás de cada uno:

  1. Mito: la deshidratación es incómoda, pero no peligrosa.

    Hecho: muchas personas solo experimentan los síntomas leves de la deshidratación como, por ejemplo, dolor de cabeza, letargo o disminución de la sudoración, pero esto puede ser grave o incluso representar un peligro de muerte, lo que requiere atención médica. Por suerte, normalmente se puede prevenir la deshidratación moderada con algo de líquido extra.

  2. Mito: si tiene sed, ya está deshidratado.

    Hecho: no es demasiado tarde. De hecho, la sed es la forma en que el cuerpo nos dice que tenemos que beber agua y esto no supone un riesgo de quedarse peligrosamente deshidratado en el momento en que nos sentimos sedientos. “Cuando estamos sedientos, la carencia de agua en el organismo es insignificante. Se trata de indicador de nivel muy sensible”, explica el Dr. Stanley Goldfarb, profesor de medicina en la Universidad de Pensilvania. “Puede tratarse únicamente de una reducción del uno por ciento del contenido total de agua. Y solo hace falta beber un poco de líquido”.

  3. Mito: todo el mundo tiene que beber ocho vasos de agua al día.

    Hecho: esta regla básica está obsoleta. Entonces, ¿qué cantidad necesitamos realmente? El Instituto de Medicina (IOM por sus siglas inglesas) recomienda un consumo diario de bebida de unos tres litros para hombres y 2,2 litros para mujeres.

  4. Mito: no existe tal cosa como demasiada agua.

    Hecho: la sobrehidratación puede ser peligrosa, pero es relativamente excepcional. Beber demasiada agua provoca lo que se conoce como hiponatremia, que tiene lugar cuando una alta concentración de sodio provoca una inflamación en las células. Pero esto no significa que no debamos beber cuando tengamos sed. Para sufrir dicha intoxicación por agua hay que ingerir una cantidad ingente.

  5. Mito: el café deshidrata.

    Hecho: solo si se cuece en exceso. Si bien la cafeína es deshidratante, el agua del café nos acaba dejando más hidratados. Según la nutricionista de la Clínica Mayo, la investigadora Katherine Zeratsky, el consumo de 500 o más miligramos de cafeína al día (entre tres y cinco cafés) puede hacernos correr el riesgo de deshidratarnos. Así pues, como todo en esta vida, es una cuestión de moderación.